El clásico ante los albos, se sigue jugando fuera de la cancha.
Tras los desmanes ocurridos en la Tribuna Sergio Livingstone, donde hinchas de Colo Colo, que no debían estar en San Carlos, ya que no había venta de entradas para visitantes, salieron golpeados y finalmente detenidos por Carabineros, el Clásico se sigue jugando entre ambos clubes con declaraciones y comunicados de ambas partes.
Quién abrió la polémica, fue el Presidente albo Edmundo Valladares, quién en su cuenta de twitter criticó la seguridad en la Fortaleza Cruzada: “impresentable la seguridad de San Carlos de Apoquindo. No solo fueron los proyectiles a la cancha, también la desaparición de ropa y herramientas de trabajo en el camarín del CT”.
Desde la tienda Cruzada, Juan Tagle no quiso referirse directamente a la situación, pero si lo hizo el club a través de un comunicado en su sitio web, donde salieron a aclarar los hechos denunciados por su contraparte alba.
Cruzados indicó que: “las medidas de seguridad que se implementaron para el partido entre Universidad Católica y Colo Colo fueron las mismas que se adoptan siempre en San Carlos de Apoquindo para partidos de estas características y aprobadas por las autoridades competentes”, “el partido de hoy no contemplaba presencia de hinchada visitante y eso no fue impedimento para que llegaran hinchas rivales que incitaron a hechos de violencia. Investigaremos cómo accedieron a los ticket que les permitieron entrar al recinto o quiénes se los proporcionaron. Al equipo rival se le entregaron 50 ticket de cortesía, recayendo en ellos la responsabilidad de distribución de éstos”.
En el comunicado también se hace presente que gran parte de las provocaciones, vinieron desde el lado albo, quienes buscaron calentar los ánimos con “declaraciones muy desafortunadas que en nada aportan al crecimiento de nuestra actividad deportiva”, y que los hechos donde fueron golpeados “infiltrados” en el segundo tiempo: “respondieron a provocaciones mutuas que provinieron desde dentro y fuera de la cancha, como la celebración provocativa de hinchas visitante que no debían estar ahí”.
La Institución cruzada hizo hincapié en la condena de estos hechos y cual manifestación de violencia, y que investigarán los hechos para esclarecer responsabilidad y dar sanciones correspondientes, a fin de evitar que esto se repita en el futuro.
Finalmente, sobre la denuncia de Valladares, el club fue enfático: “nos parece grave la denuncia del presidente de Colo Colo relativa a los hechos que describe en relación a la “desaparición de ropa y de herramientas de trabajo”. Estas acusaciones no pueden hacerse sin una denuncia formal y una investigación exhaustiva que lleve a conclusiones serias y responsables. Señalar ante esto, que la empresa de seguridad privada que presta servicios en San Carlos de Apoquindo no detectó ninguna situación anómala durante el desarrollo del partido en el sector de camarines y que en el de la visita dispuso de cuatro guardias en el perímetro inmediato de acceso al camarín de Colo Colo. Nos parece gravísima esta acusación porque en casi 34 años de existencia del estadio San Carlos de Apoquindo nunca ha ocurrido un hecho de esta gravedad con un equipo rival”, señalaron.