Estamos enfermos

¿Qué mierda nos pasa?

Estamos viviendo en una sociedad absolutamente desquiciada. La odiosidad que existe con el que piensa diferente o tiene gustos distintos está en un nivel tan preocupante como incontenible. Hemos perdido, en los últimos años, prácticamente toda la racionalidad en lo que a comportamiento público se refiere.

“Ganar no es lo más importante, es lo único”, es una de las frases más conocidas de Carlos Salvador Bilardo. Lamentablemente ya no se aplica solo al fútbol, si no que está presente en todos los ámbitos de nuestro diario vivir. Lo vemos en política, economía, asuntos internacionales, entre otros.

Ya casi no hay respeto por nada ni nadie. Lo vivido este domingo en San Carlos fue gravísimo, innecesario por todos lados, y un fiel reflejo de que socialmente tocamos fondo. Los jugadores tuvieron actitudes incendiarias antes y durante el partido. Da lo mismo quién empezó. El autocontrol ayer en la cancha fue nulo, y la consecuencia lógica es que terminó todo de la peor forma en las tribunas.

No hay entidad en el fútbol chileno que pueda salir a pontificar. Ninguna. Todas tienen el popular “tejado de vidrio”. Los incidentes están siendo incontrolables porque se echan mutuamente la culpa. Hay muchas palabras, pero cero acciones concretas. La verdad, ir a los estadios se está haciendo cada vez más difícil. Ya los partidos no son un espectáculo familiar, y siendo sinceros, se ve imposible que vuelvan a serlo.

Por más que seamos un medio partidario de Universidad Católica, no miramos para el lado. El pelotudo que tiró la piedra ante La Serena, el imbécil que le lanzó el petardo a Cortés, y todos esos impresentables que agredieron o intentaron golpear a los hinchas de Colo Colo, no pueden entrar nunca más. Es así de claro. Debería ser simple, pero…

La pregunta cae de cajón: ¿Existe alguien que quiera empezar a solucionar este problema?