Leticia Torres: “El sueño de quienes están en el fútbol femenino de la UC es posicionarlo al mismo nivel que el masculino”

La “Leti”, quien integró el primer equipo femenino del club, conversó con Radio de la Cato respecto a la evolución del fútbol de mujeres en Chile y a qué debe mejorar la Católica para ser más competitiva en la rama.

Leticia Torres hace varios años que no juega en el fútbol femenino de Universidad Católica, pero sigue teniendo la misma pasión que cuando lo integraba. Radicada en Dinamarca, una de las históricas del equipo cruzado conversó en exclusiva con Radio de la Cato.

Quien además fuera seleccionada Sub 17 y adulta analizó el presente del club, dio su parecer respecto a las mejorías que se necesitan para ser más competitivos en la rama, y no ocultó su deseo de que sus ex compañeras tengan el mismo apoyo que los hombres.

APOYO AL FÚTBOL FEMENINO DE LA UC: “No por ser mujeres significa que no tenemos la misma pasión y amor por el club. Obviamente que el fútbol femenino es distinto al masculino, pero es clave que nos den su apoyo para impulsarlo. El sueño de quienes están en el fútbol femenino de la UC es posicionarlo al mismo nivel que el masculino. Necesitamos que los hinchas nos quieran ver jugar y que se genere el mismo sentimiento que con los hombres”.

CLAVES PARA EL DESARROLLO DEL FÚTBOL FEMENINO CRUZADO: “El desarrollo del fútbol femenino en la Cato se empezará a ver cuando el plantel sea profesional, y que solo se dediquen a jugar fútbol en el club. En Colo Colo y Santiago Morning, por ejemplo, hay muchas chicas que ya son 100% profesionales, y ese es un paso clave que tiene que dar el club. Si lo comparas con el fútbol masculino, se vería absurdo que un jugador tenga un trabajo aparte”.

¿QUÉ LE FALTA AL CLUB PARA CRECER EN LA RAMA? “Desde que yo estaba en la Cato que se pelea por darle un lugar al fútbol femenino. Más que una obligación, se tiene que ver como una inversión. Creo que el club se ha quedado un poco atrás. La Católica es uno de los clubes más importantes de Chile, pero no se ha invertido en el fútbol femenino, y por eso muchas jugadoras optaron por otros equipos. Muchos de ellos ya tienen contratos, sueldos y compensación monetaria. El incentivo económico ayuda mucho, porque las mujeres básicamente siempre hemos jugado por pasión”.

¿ES EL MOMENTO IDEAL PARA DARLE MÁS IMPULSO? “Llevamos muchos años soñando con el impulso al fútbol femenino en la Católica. Pasó con el Mundial Sub 20 de 2008 en Chile, cuando clasificamos con nueve jugadoras del club al Mundial de Trinidad y Tobago Sub 17. Éramos la base y eso fue una demostración clara de lo que podíamos ser como equipo. Sí he notado un cambio en el último tiempo y en las redes sociales se habla mucho más del fútbol femenino de la UC. Ojalá que ahora sí ocurra con la clasificación de la Selección a Juegos Olímpicos”.

SUEÑO DE DISPUTAR LA COPA LIBERTADORES FEMENINA: “El sueño de jugar la Libertadores femenina siempre está presente y se puede lograr, pero para eso necesitamos los recursos y que el fútbol femenino en la Católica se tome más en serio. Eso es clave para poder competir con los otros equipos, porque ellos ya han tenido jugadoras que han partido al extranjero. Me acuerdo que desde el inicio luchamos para no ser considerada una escuela ni tampoco jugadoras amateurs. Sé que en la Cato eso ha ido cambiando, pero no como en otros clubes”.

SUS PRIMEROS AÑOS EN LA UC: “Llegué al club en 2008, cuando nos volvimos con mi familia a Chile. Con mi hermana, que también jugó en la Cato, partimos en Santa Rosa de Las Condes. Recién se estaba formando el equipo femenino y había harto impulso porque ese año se hizo en Chile el Mundial Sub 20. Jaime Mandiola, mi abuelo y quien fue goleador en las series juveniles, fue quien nos impulsó a llegar a la Católica”.

CLASIFICACIÓN AL MUNDIAL SUB 17 DE TRINIDAD Y TOBAGO 2010: “Lo que más recuerdo de esos años es que teníamos a nueve seleccionadas Sub 17. Fuimos muy importantes en la primera clasificación a un Mundial que se logró en cancha, y después siete de nosotras jugamos ese torneo en Trinidad y Tobago. Ese proceso fue muy intenso, y ese equipo fue el primero que tuvo más recursos para desarrollarse. Había un cuerpo técnico muy dedicado, entrenábamos más que las selecciones juveniles incluso”.