Del recuerdo: La úndecima estrella cruzada, la 11 de la gente

Sin duda alguna, que el 30 de abril es una fecha más que imborrable, para todo aquel que se precise ser hincha de la Franja, porque nos trae a colación, uno de los momentos más grandiosos y llenos de dramatismo que se han vivido en San Carlos de Apoquindo, donde Católica volvió a gritar Campeón, después de casi 6 años de penurias y desazón, y dar pie a una de las mejores décadas del club.

Eran las 16:00 horas del sábado 30 de abril de 2016, y Católica saltaba a la cancha con Christopher Toselli en portería, Stefano Magnasco, Germán Lanaro, Guillermo Maripán y Juan Carlos Espinoza en defensa, Jaime Carreño, Fabián Manzano y Diego Rojas en mediocampo, dejando en ataque a José Pedro Fuenzalida, David Llanos y Sebastián Jaime.

El equipo llegaba a enfrentar a Audax Italiano, dependiendo de otros resultados, tras caer en la penúltima fecha por la cuenta mínima ante San Luis en el Estadio Lucio Fariña de Quillota, hipotecando sus chances para levantar la Copa.

Católica arrancó atacando, buscando el triunfo, pero los visitantes abrirían la cuenta al minuto 14, con tanto de Diego Vallejos, que ponía la sorpresa y los fantasmas en San Carlos de Apoquindo.

Ya con la segunda parte en juego, y con un Mario Salas mandando al ataque a todo su equipo, decidió hacer cambios, sacando a Juan Carlos Espinoza y a Diego Rojas, para los ingresos de Christián Bravo y Roberto Gutiérrez, tratando de abrir el juego para encontrar el descuento.

Con la UC volcada en ataque, llegó el empate de la Franja al minuto 70, Castillo para Bravo, Bravo para Llanos, y este último con un remate de zurda, al palo izquierdo del portero, decretaba el 1 a 1 parcial, transformando San Carlos en una Caldera, que no paraba de alentar al equipo, para lograr otro gol, que les diera la ventaja ante los itálicos.

Con el conocimiento del triunfo por 2 a 0 de la Universidad de Concepción ante O´Higgins, y con la necesidad del equipo de lograr otro gol para levantar el título, la UC seguía buscando desnivelar el marcador, pero ese tanto no llegaba.

A pesar del descuento del cuadro celeste en el sur, que dejaba el encuentro con un 2 a 1 parcial, con gol al 74´ de Braulio Leal, el vitoreo incesante de la hinchada desde las galerías de San Carlos de Apoquindo, animaba al equipo para ir en busca de la hazaña, dando el último esfuerzo para lograr quedarse con el triunfo.

Minuto 84: centro de Magnasco desde la derecha, pivoteo del “pájaro” Gutiérrez de cabeza para el costado izquierdo, el balón lo toma un ya cansado David Llanos, que la acomoda para sacar un centro con la derecha, el balón es interceptado de cabeza por José Pedro Fuenzalida, que termina colándolo en el palo izquierdo de Joaquín Muñoz.

Es el 2 a 1 para la UC, y San Carlos de Apoquindo estalla, las gargantas se desgarran en un grito de gol, de título, de años de frustración y desazón tras un 2011 maldito, y campañas mediocres, desconocidos se abrazan, la galería y la misma pasión los une, lágrimas de alegrías, pirotecnia, San Carlos tiembla y festeja ese gol del “Chapa”, en aquella tarde nublada de abril.

Final del partido en San Carlos, mientras que, en el sur, la Universidad de Concepción solo aguanta y espera que pasen los minutos, para quedarse con un impensado triunfo sobre O´Higgins.

“Final en Rancagua, lo gana el campanil 2 a 1, y con esto Católica se convierte en el campeón”, avisaba la radio, para desatar el festejo de la hinchada cruzada por la undécima estrella cruzada, la estrella que la gente desde las galerías aguantó, para animar a un equipo sin piernas, a que buscara y luchara, por esa gloria que hoy recordamos.